lunes, 25 de agosto de 2014

“que viva mi suegra pero en el más allá”.

Estoy sentado frente a un parque, observando a la gente que transita por ahí. Puedo notar en cada ser humano semblantes diferentes; noto a un tío con el rostro de preocupación como si los productos q trajo a vender a la ciudad no le haya retribuido en nada todo el sacrificio, el desvelo que habían sufrido en la chacra. Luego aparece un tipo con la cara opacado, opacado por la tristeza; expresaba en su semblante el pesar de haber nacido, se notaba que estaba cansado de vivir, tenía el rostro de haber sufrido en más de una oportunidad fracasos inesperados y hay probabilidades que en estos momentos este tipo este camino a suicidarse. Luego llega un gordo, peso pesado, fácil llega a los 120 kilos, pasa por delante mío; tiene el rostro satisfecho, el rostro de haberse comido un cerdo de 15 kilos solito, y no haber dejado ni los huesos, y también de haber recibido una noticia formidable, una noticia que sin duda cambia el ánimo a cualquiera; el sensible (sin duda para él es insensible) fallecimiento de su suegra. Para este tipo la frase “que viva mi suegra pero bien lejos” no es suficiente, para él la frase correcta seria; “que viva mi suegra pero en el más allá”.
Luego de un tiempo sentado en el parque, llegó mi amigo Lucho y nos vamos a comer un rico pachamanca al estilo Huanuqueño con bastante ají, así olvidar la cara del tío triste q perdió todo su inversión, del pata que estaba aburrido de vivir q posiblemente en estos momentos ya esté en la morgue y del gordo q celebraba comiéndose un cerdo de 15 kilos, el viaje al más allá de su suegra.
Un vinito para pasar la papita…salud.

jueves, 7 de agosto de 2014

Ir al banco es un caos, regresas siempre mas viejo y con menos vida.

Como todos tenemos percances, ya sea con el banco, con el cable, etc. En mi caso el problema era con mi tarjeta, quise solucionarlo en banca por teléfono pero no se pudo, la señorita me dijo amablemente que tengo  q acercarme a una agencia del banco, y me dio a conocer los lugares exactos que están por mi zona. No me quedó otro que ir personalmente a la agencia del banco.
 Llegue a dicho banco, me acerque a una señorita que portaba un credencial y en efecto era del banco, así que no dude en consultarle, le conté mi caso y me dijo que si, en la plataforma me van atender y van a solucionar mi problema, me pidió cortésmente que haga mi cola.
El problema era la cola, había 50 personas ahí, conmigo eran 51, ósea yo estaba en el puesto 51 y había solo una plataforma atendiendo. Pasaron 90 minutos, por fin llega mi turno, expongo mi caso, mi problema, con la esperanza de que se solucione al toque. La señorita escucha atentamente y luego me mira y mueve la cabeza, piensa 10 segundos y dice: “Joven este problema lo van a solucionar en tal agencia, acá no se puede… gracias”. 
Que podía hacer, solo agradecí que me lo dijera y ya lo haría mañana, pero dentro de mi decía:

Carajo y los 90 minutos que perdí, me agarraron de cojudo, eso que consulte primero a una señorita q estaba en la entrada. Salí de la plataforma,  fui en busca de la señorita que me aseguro q el problema lo solucionaban acá, Fui decidido a  hacerle la bronca y para su fortuna ya no estaba, solo salió un guachimán de un metro ochenta y ya no dije nada. Salí mas asado que un pavo olvidado en el horno.